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Sergio Toro: “Hoy busco que mi música sea un mensaje de amor entre las personas”

El músico argentino Sergio Toro, afincado en Valencia desde 2004, se ha consolidado en la escena local como voz del rock-pop con raíces argentinas e influencias internacionales. En esta charla nos cuenta sobre sus inicios, sus referentes y su presente musical

R.P.- ¿Cómo comenzó tu relación con la música?

S.T.- Mi vocación original era el teatro. De hecho, mis primeros pasos en el arte estuvieron más relacionados con la actuación que con la música. Sin embargo, la música me atrapó poco a poco porque sentí que era un camino que dependía más de mí, de mi capacidad de crear, de producir y de expresarme de manera personal.

A principios de los años 90, cuando empezaron a aparecer los primeros ordenadores que permitían montar un home studio, me lancé a experimentar en casa. Descubrí que podía grabar, probar sonidos y componer sin necesidad de depender de grandes estructuras o de un circuito teatral. Esa independencia fue clave: entendí que con esfuerzo podía dar forma a mis canciones. Desde entonces, la música dejó de ser un complemento y se convirtió en mi camino, en mi forma de vida.

R.P.- ¿Qué artistas fueron tus referentes en Argentina y en España?

S.T.- Crecí escuchando a los grandes del rock argentino: Soda Stereo, Charly García, Fito Páez, Serú Girán, Los Redondos. Todos ellos marcaron diferentes etapas de mi vida y me transmitieron que el rock puede ser tanto poesía como crudeza, tanto melodía como experimentación.

Al mismo tiempo, el rock inglés tuvo un peso enorme: Queen, The Beatles, y más tarde bandas que me inspiraron por su elegancia musical. Cuando llegué a España, me encontré con artistas que también dejaron huella en mí. Andrés Calamaro fue un referente importante porque ver cómo triunfaba aquí me dio impulso para seguir. Y, por supuesto, Joaquín Sabina y Bunbury, dos figuras que me hicieron ver que la música en España también podía tener profundidad lírica y autenticidad.

r.p.- ¿Cómo defines tu estilo musical?

S.T.- Mi base es el rock, sin dudas. Me gusta que mi música tenga la fuerza y la estructura de una banda potente en directo. Pero también me atrae mucho la profundidad lírica, el juego de palabras, el mensaje, y ahí es donde se cuela lo pop. Además, me apasionan los sintetizadores y los sonidos que aportan textura. Eso hace que mi música tenga un costado más melódico, más atmosférico.

Podría decir que mi propuesta es una mezcla de energía y sensibilidad. Canciones que suenan intensas en vivo, pero que también buscan llegar al corazón a través de la letra.

“Hoy escribo desde la introspección”

 

R.P.- ¿Qué te inspira a la hora de componer?

S.T.- Creo que la inspiración va cambiando con las etapas de la vida. Hubo un tiempo en el que perseguía el éxito, en el que me obsesionaba con escribir canciones que pudieran sonar en la radio y llegar rápido al público. Paradójicamente, esa es la etapa que menos me gusta de mi música, aunque a veces sea la que más conecta con la gente, porque lo popular entra más fácil al oído.

Hoy me inspira la introspección. Me interesa hacer música que sea curativa, que deje un mensaje positivo, que invite a reflexionar. Ya no hablo tanto del amor de pareja, que fue un tema recurrente en mi juventud, sino del amor entre las personas, de la empatía, del respeto en lo cotidiano. Creo que el mundo necesita más de eso. Y si algo puede aportar la música, es un recordatorio de que el cambio empieza en uno mismo.

R.P.- ¿Has integrado alguna fusión cultural entre Argentina y España en tu música?

S.T.- Sigo siendo fiel a mis raíces rockeras. El rock argentino y el inglés son mis grandes pilares. Es cierto que viviendo en España uno absorbe matices, colores, formas de componer que enriquecen el proceso. Pero, por ejemplo, nunca me atrajo demasiado el flamenco, que es quizás lo más representativo de la música española.

Lo que sí noto es que estar aquí me ha abierto la cabeza a nuevas formas de producción y a una manera distinta de mirar el escenario. España me ha dado un público con otra sensibilidad, y eso también influye. Aun así, creo que mi identidad sigue siendo la de un músico argentino que dialoga con el rock internacional.

Sergio Toro en su concierto / Foto cedida por el entrevistado

R.P.- ¿En qué proyectos trabajas actualmente?

S.T.- Hoy estoy muy activo con los shows de versiones, porque es lo que más pide el mercado y me permite vivir de la música. Pero, al mismo tiempo, estoy componiendo y produciendo nuevas canciones propias. Esa dualidad es muy enriquecedora: por un lado, el oficio de tocar y mantenerme en contacto con el público cada fin de semana; por otro, la libertad de crear sin presiones. Siento que estoy en el mejor momento artístico de mi vida. No tengo que demostrar nada ni perseguir fórmulas. Lo que escribo ahora es auténtico, honesto. Y eso se nota en el resultado.

R.P.- ¿Qué nos puedes contar de tu equipo de trabajo?

S.T.- Soy solista, pero nunca estuve solo. Siempre me rodeé de músicos amigos que, en distintas etapas, se sumaron a mis proyectos. Algunos fueron parte de mis bandas, otros colaboraron en grabaciones o en directos.

Hoy me autogestiono y autoproduzco, pero sigo recurriendo a esas amistades musicales que me acompañaron desde el principio. Para mí, la música no es solo un trabajo: es un proyecto de vida. Por eso valoro tanto la fraternidad, la amistad y el compromiso. En el escenario se nota cuando hay amor y respeto entre quienes tocan.

«España me ha dado un público con otra sensibilidad. Mi identidad sigue siendo la de un músico argentino que dialoga con el rock internacional»

R.P.- ¿Cuál ha sido tu último disco y dónde puede encontrarse?

S.T.- Mi último disco se llama Contradicción, bajo el nombre artístico Toro Eléctrico. Es un trabajo muy personal porque lo compuse y produje íntegramente en casa. Luego, claro, los músicos le dieron su toque, su energía, y eso siempre suma. El disco está disponible en Spotify, junto a otros dos trabajos previos. Allí me pueden buscar como Toro Eléctrico o Toro Rock.

R.P.- ¿Qué veremos en tu próximo concierto del 24 de octubre en la Casa de la Mar?

S.T.- Va a ser un show muy especial. Por primera vez voy con un quinteto de músicos profesionales que me permitirán llevar al escenario todos los matices de mis discos: teclados, coros, arreglos que hasta ahora no había podido incluir en directo. Será un concierto potente, con una banda de primer nivel y canciones que suenan muy bien tanto en estudio como en vivo. Estoy convencido de que la gente va a disfrutar mucho.

R.P.- ¿Qué canción tuya recomendarías a alguien que aún no te conoce?

S.T.- “Cadenas de Humanidad”. Es una canción que trabajé durante meses y que considero una de mis mejores composiciones. La letra habla de amor, pero también de la crudeza de la realidad que vivimos.

El mensaje es claro: no podemos cambiar el mundo entero, pero sí podemos cambiar nuestra manera de relacionarnos con los demás en lo cotidiano. Ser amables, respetuosos, empáticos. Eso, para mí, es revolucionario.

R.P.- ¿Cómo te ves en el futuro?

S.T.- No me gusta proyectar ni a cinco años o a largo plazo. Prefiero pensar en el presente y en seguir construyendo desde ahí. Mi meta es simple, ser feliz, estar rodeado de buena gente y transmitir mensajes positivos a través de mi música. Creo que si eso se cumple, todo lo demás se acomoda solo.


👉 Próxima cita: 24 de octubre, Casa de la Mar (Valencia).

Lorena Ávila

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