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Vidas en juego

Hace dos años atrás, en el mes de marzo el Gobierno de España publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) unas medidas e instrucciones para reciclar el material sanitario que usaron las personas que estuvieran infectadas por la Covid-19 o que se encontraban en cuarentena en sus hogares. Algunas de las recomendaciones citaba poner los residuos hasta en tres bolsas de basura para luego proceder a tirarlos en el contenedor de restos o gris.

Muchos de estos contenedores no son tan seguros como parecen, ellos tienen críticas con respecto a la seguridad sanitaria.  Estos se veían a rebosar o bien las personas por miedo dejaban las bolsas de residuos fuera del mismo dejando a la intemperie materiales contaminados por Covid-19.

En Argentina la medida no tardó en llegar, una política elaborada entre el Ministerio de Ciencia, Tecnología e innovación, Ministerio de Desarrollo Sostenible, y Ministerio de Salud propiciaron unos valiosos aportes. El reciclaje de barbijos, como suele llamarse en Suramérica, se propone como insumo para las organizaciones de recolectores y la cogestión a nivel municipal.

No por ello, se debe de dejar toda la responsabilidad en manos de estas organizaciones, es aconsejable que la sociedad esté comprometida con su lugar, con su ciudad, con su país. Más allá del confinamiento o sin él, se pretende que sigan estas prácticas en reciclar los residuos sanitarios conscientemente.

No obstante, se han encontrado mascarillas quirúrgicas en las playas de diferentes lugares, poniendo en riesgo la vida marina. Imaginemos por un momento que la mitad de la población de España usa una nueva mascarilla quirúrgica todos los días y no se reciclan bien. Según un informe de WWF, “si solo el 1 % de las mascarillas se desecharan de forma incorrecta y dispersa en la naturaleza, esto resultaría en que hasta 10 millones de mascarillas mensuales contaminarían el medioambiente”, expresa el documento.

Playa de la Malvarrosa, Valencia. / Lorena Ávila

Esto es un trabajo y responsabilidad de todos. No solo se mencionan a las mascarillas, hablamos también de guantes y de otros tipos de plásticos de un solo uso. De este modo se hará más llevadera esta situación y no hay que olvidar que al igual que miles de vidas humanas están en juego, los ecosistemas marinos también sufren las consecuencias de la contaminación por la mala gestión de residuos.

Lorena Ávila