Acción y Reacción
Comenzó el mes de marzo, se inicia el mes de las flores, de soltar tensiones, de proyectar descanso, al otro lado del charco, llega el inicio de la caída de las hojas, de cargar pilas, de continuar con los labores cotidianas.
A diferencia de distintos estados que nos distinguen, Europa de Latinoamérica, ambos lugares tienen la sensibilidad de apostar hacia una sostenibilidad limpia y cristalina. Grupos como Masa Crítica, o como otros grupos que están en la línea de la cultura ciclista, están en ambas partes del mundo.
Cuando la pandemia aun no asomaba, participé de una bicicleteada popular que ponían énfasis en la atención en la salud y la movilidad dentro de la ciudad. La relación amable con el transporte, el urbanismo, los viandantes, la naturaleza fueron los temas centrales de la marcha. Por el crecimiento urbanístico en estos últimos años, el pueblo donde se realizó esta actividad no presenta señalizaciones para vehículo de dos ruedas. Las bicicletas ocupan las calles con normalidad, claro está que, ahora se deberían planificar sus carriles o los lugares reservados para este colectivo de otro modo, puesto que hay más colegios, supermercados, más coches, y más transporte público,. El crecimiento demográfico ha aumentado y con ello sus normas.
Fuera de ello, lo que destaco aquí es a un grupo denominado Beni Bici Vinci que manifiesta diferentes soluciones a las problemáticas de circulación entre otras. Este colectivo es el promotor de encuentros con temáticas diferentes dentro de la línea del ciclo. Apostar a que la bicicleta sea un medio de transporte como el coche, que además de ejercitar el cuerpo hace bien a la salud y es económico. Pero este grupo ciclista tiene la fuerza necesaria a pesar de ser un grupo pequeño. ¿Si fuese más grande que cosas podrían llegar a lograr?
Subrayo aquel encuentro que se desarrolló hace un par de años atrás, de la cita: ¨Cap Ésser Humà És Il·legal», traducida al castellano significa «Ningún ser humano es ilegal». Demuestra que es una cita de lucha a favor de los derechos de las personas refugiadas, de las personas que por alguna razón no se encuentran documentadas. Este grupo ciclista comparte la idea de que ser ilegal es dejar morir. Ya que, mas allá de ser integrada por personas de diferentes edades y nacionalidades, todo ser humano en algún momento de sus vidas pasa por esta situación.
Todo ser humano goza de derechos inviolables derivados e inherentes a la propia dignidad de ser persona, por lo que ningún ser humano puede ser calificado como ilegal. Sin embargo, la vigente normativa legal para extranjeros, al poner serios límites al derecho a inmigrar, propicia la situación de irregularidad que la encuentran miles de inmigrantes y, con ella, su exclusión de todo tipo de derechos, de superexplotación en trabajos de economía sumergida y su criminalización social.
Se produce la paradoja de que, siendo la Administración del Estado la única instancia que les puede documentar, les exige estar debidamente documentados para que algunos de sus derechos les sean reconocidos.
La presencia de inmigrantes extranjeros forma parte de nuestra realidad social. El fenómeno migratorio es una cuestión social y política, y esa actividad se ha hecho eco por otros grupos similares. Las ciudades como en los pueblos han cambiado, y esa parte del cambio es la persona que está leyendo este artículo. Somos cada uno de nosotros, somos el granito de arena, que unidos, hacemos montañas.
Lorena Ávila, Valencia.