Jordi Núñez: “El miedo al final siempre es un elemento de control social muy potente”
Jordi Núñez es el director y guionista de Valenciana. Una película que se ha estrenado en el Festival de Cine de Valencia, Cinema Jove. La película es una adaptación de la obra de teatro homónima de Jordi Casanovas. Refleja una Valencia de la década del 90 y los sucesos ocurridos, contada desde un nivel colectivo e individual. Núñez estuvo con Río Paraná
R.P.- ¿Para hacer la película en qué te has inspirado?
J.N.- En referentes que he tenido. Pues me inspiro en sensaciones y en vivencias que acompañan un poco mi propio pulso vital. Y en el fondo universal de los relatos, que es extrapolable a cualquier narrativa concreta, pero que me toca más a nivel cercano, por el momento vital que estoy viviendo. Pues esta historia, aunque transcurra en los años 90, tiene mucho que ver con el presente y tiene mucho de universal en tanto que es una película del final de la primera juventud, de primeros pasos hacia la madurez, de la protección de la propia integridad dentro de un sistema que a veces te pasa por encima. Para hacer Valenciana he tenido muchos referentes. Primero, cuando vi la obra de teatro pensé en Network de Sidney Lumet.
La obra de teatro Valenciana, cuando la vi por primera vez, me recordó a Angels in America. Me pareció que era lo que, a Valenciana de los años 90, lo que Angels in America fue a la Nueva York de los 80. Me imaginaba una película al estilo de Network de Sidney Lumet, pero claro, Valenciana con el carácter valenciano. Entonces la imaginaba mezclada con Plácido de Berlanga, con este esperpento, este sainete, este carácter satírico a la vez que se mezcla con el drama, donde el humor y el drama, como en la vida, todo confluye. Y todos los tonos a veces colisionan y generan nuevas imágenes. También pensaba, por ejemplo, en las obras de Stephen Daldry o me inspiraba mucho en el cine clásico japonés, como el cine de Yasujirō Ozu, el cine de Mikio Naruse, que son como protagonistas femeninas y hay mucha implicación emocional con ellas. Y por supuesto, el maestro Douglas Sirk, que es alguien que, a mí, me encanta leer y revisitar constantemente.
R.P.- ¿Siempre enfocas tus obras en la rama documental, hechos verídicos?
J.N.- No, para nada. De hecho, Valenciana, aunque es muy reconocible, por los hechos que cuenta y está muy anclada en hechos reales en la película, tiene un carácter de fábula, porque al final no me interesa la concreción de las cosas que ocurren al estilo del morbo, del crimen de las tres niñas desaparecidas o de señalar a cierto político. Porque al final lo que quiero señalar son las dinámicas, son los estereotipos. Es el sistema que permite que todo esto ocurra y que realmente sigue operando a día de hoy. Entonces, a través de una fábula del pasado, hablamos de cosas que todavía hoy siguen presentes y nos ponen un espejo que nos permite ver qué partes todavía nos quedan por recorrer.
R.P.- ¿Por qué el nombre Valenciana?
J.N.- Pues valenciana es el gentilicio de mi tierra, de una mujer, pero además es un acrónimo de Valeria, Encarna y Ana que son las protagonistas. (Ángela Cervantes, Conchi Espejo y Tánia Fortea). Porque sabes que en valenciano la (i) el conector no es una (y) griega, sino una (i) latina. Entonces en la obra esa i latina estaba puesta en minúscula. En la película he decidido dejarlo a que el espectador lo descubra, quien quiera cuando se haga la pregunta del título que pueda llegar a esa conclusión. Pensé en hacer algún juego tipo Godard, con los colores y demás, pero al final decidí dejarlo así más sencillo.
R.P.- ¿Qué hechos engloban y qué mensajes quieres transmitir con la película?
J.N.- La película narra un poco el paisaje emocional y político y sensacionalista de los años 90 en la Comunidad Valenciana. Es en un momento en el que España se consolidaba como un país donde el progreso ya se había sentado, donde un país que se podía mirar a la cara con el resto de Europa, pero que vivía una fiesta de la que Valencia no participó demasiado en ese sentido, ni tuvo las olimpiadas, ni tuvo la Expo del 92 de Sevilla. Y la película empieza un poco con la resaca de la fiesta ocurrida en Valencia. Además, Valencia tiene una peculiaridad que es que ocurrió un sistema de discotecas y de clubes que se llamaba “La ruta del bakalao”, donde había gente que peregrinaba durante todo el fin de semana por distintos clubes y distintas discotecas. Y hay una cultura de la fiesta muy arraigada. Entonces eso está contado en la película, en un momento en el que esa ruta se empezó a demonizar, empezó a tomar en decadencia y constituye para uno de los personajes, pues el lugar en el que era feliz y segura pasa a ser una tierra quemada de la que tiene que huir. Y además de eso, también está el ascenso meteórico de un político corrupto que empieza siendo alcalde de una ciudad de la Comunidad Valenciana, que es Benidorm, al que se la llama “Beniyork”, vendría ser como nuestra Nueva York de la Comunidad Valenciana y terminó siendo presidente de la Generalitat y finalmente ministro.
Está inspirado en principalmente en la obra basado en Zaplana. En la película confluyen más referentes. Lo que pasa es que, aunque no figure Zaplana, porque estamos hablando de una ficción.
Y todo esto se mezcló con el caso que inició la telebasura en España, que fue un crimen que ocurrió en Alcàsser, donde tres niñas desaparecieron. Los medios les dieron mucha cobertura y cuando aparecieron los cadáveres de las niñas, se convirtió el suceso en un espectáculo truculento, en todas las televisiones fueron como carroñeros a las familias. Se dieron cosas rocambolescas, como grabar el momento en el que se anunciaba la muerte de las hijas dentro de las casas, se hizo una cobertura especial desde el Teatro del pueblo. Eso también está recogido porque fue algo muy traumático como sociedad y que marcó además el inicio de una era de regresión, de pronto en derechos y auspiciada por el miedo. El miedo al final siempre es un elemento de control social muy potente.
“A través de una fábula del pasado, hablamos de cosas que todavía hoy siguen presentes y nos ponen un espejo que nos permite ver qué partes todavía nos quedan por recorrer”
R.P.- ¿Cómo ha sido el proceso creativo?
J.N.- El proceso creativo súper estimulante y maravilloso. Ha sido todo un reto adaptar la obra de Jordi Casanovas porque era una obra muy big picture, con muchos más personajes, con muchas más subtramas que daba para una serie prácticamente. Para mí el reto era replegarme sobre las tres protagonistas, que son tres estudiantes periodistas, que eran para mí un catalizador muy importante de temas y de historias que quería contar y de emociones que quería transmitir. Y luego, con todos los departamentos y en cada parte del proceso. Al final hacer una película es una revelación tras otra. Siempre se está reescribiendo la película desde un diálogo con todos los que conforman el equipo y un proceso conjunto muy bonito, porque de pronto todo el mundo está aportando cosas y ves algo a lo que te puedes agarrar y se va conformando. Y ese trabajo de los actores es precioso, con el montaje es precioso también.
R.P.- ¿Cómo surgió la canción exclusiva para la película, que lo han nombrado justamente en vuestra presentación?
J.N.- La canción en la obra de teatro era simplemente una base y se repetía en realities. Había otra un poco más pop. Entonces la obra era como una base machacona. Para la película este invento está escrito por el autor de la obra, porque el autor escribió realities latinos, que es el tagline de la película y el resto de la canción está escrita por mí y producida por Black Panda, que es lo que le da todo el color a la canción. Además, en dos versiones. Una versión en piano House y una versión en disco.
R.P.- ¿Cuéntame alguna ocasión en la que has tenido que tomar una decisión creativa difícil para mejorar el producto final de la película?
J.N.- Pues he tenido que decir que no a una actriz muy conocida que estaba propuesta para el papel porque tuve una reunión con ella y de pronto me di cuenta de que ella no estaba convencida del personaje que iba a hacer y ni de lo que estuviésemos contando. Y a mí me gusta trabajar con gente que esté convencida al 100 por ciento, porque al final es un salto al vacío por ambas partes. Y para el personaje de Encarna, me parece más complicado, porque encontrar a Conchi fue un milagro, porque hicimos muchísimas pruebas, muchísimos castings, y ella tiene algo muy concreto, es una energía muy de aquí, que, si la haces forzada no la llevas de manera natural, puede quedar muy mal. Y esa conjunción de forma y fondo era muy importante y eso fue una decisión difícil. Creo que siempre el ser honesto nos hace ser honestos con lo que sentimos y con lo que estamos viviendo y proyectar. Y fui yo mismo quien le dije a la actriz que ya no lo veía claro y fue difícil al final.
R.P.- ¿ Has recibido algunas reacciones negativas o críticas con el contenido de la película?
J.N.- Con esta película es que tampoco me he permitido mucho el ver las reacciones y demás. Yo creo que lo que te rodea después del estreno, independientemente de lo que pasa en el Teatro Principal estuvo muy bonito y tuvo una energía muy chula. Al final lo que te llega esa noche es lo bueno y, que cualquier otra persona que venga a contarte lo contrario es que es un cretino, porque ese día es para celebrar el trabajo esté como esté. Lo bueno de esto es que yo estoy tranquilo y en paz con la película, dice lo que quiero que diga y creo que ya corresponde a cada uno vivirla a su manera. En cada percepción de cada espectador lo vivirá de una manera. Y eso es precioso porque implica una vida que es riquísima y que a mí al final lo que me interesa ya no es que hablen mal o bien, sino que abra debates, que genere conversaciones. Por eso la experiencia común del cine es tan importante.
R.P.- ¿Tienes pensado presentar la película en Argentina? Ya que muchos ciudadanos de ese país tienen conexión con España y hacia la Comunidad Valenciana en especial.
J.N.- Me encantaría ir, a ver si la gente de ventas nos cierra por allí algún día. Mar del Plata es increíble, me encantaría estar. Por mi parte, además, Argentina es uno de mis lugares por visitar y por conocer.