Primer aniversario de Expat Ladies Valencia: Historias de migración y empoderamiento
Conversamos con dos mujeres que representan el espíritu de la migración y la conexión entre culturas. Yanina Lima y Luz Hamparsomian, embajadoras del grupo Expat Ladies Valencia, comparten sus experiencias de vida, tanto personales como profesionales, en un nuevo país. Yanina, licenciada en Relaciones del Trabajo por la Universidad de Buenos Aires, ha vivido en México durante 13 años antes de llegar a España, mientras que Luz, agente inmobiliaria, ha combinado su trabajo actual con una trayectoria en consultoría de comunicación y marketing en Argentina. Ambas nos hablan sobre los desafíos y oportunidades de ser mujeres migrantes, y cómo han encontrado en Expat Ladies una comunidad que apoya y conecta a mujeres expatriadas en la ciudad

R.P.- ¿Cuál fue el principal objetivo o necesidad que querían cubrir al crear el grupo Expat Ladies Valencia?
L.H.- En principio lo que hicimos fue abrir la sede en Valencia. Expat Ladies fue creado en Washington D.C. por un grupo de emigrantes que detectaron que había una necesidad de las mujeres hispanohablantes de tener un espacio en el que conversar, en el que unirse, un refugio para reunirse con pares que estuvieran con la misma problemática que ellas. El grupo fue súper exitoso en la ciudad, empezó a crecer y a sumar embajadoras en nuevas ciudades bajo la misma temática y bajo el mismo espíritu de Expat Ladies, que pudieran abrirlo en otras ciudades. Así fue que se abrió en la ciudad de Valencia. En principio estuve como embajadora, luego se sumó Yani también.
El grupo fue creciendo aquí en Valencia, bajo las directivas del grupo global, que es el que nos baja línea. Es un grupo solamente de mujeres hispanohablantes, tienen que ser migrantes o expatriadas, no entran hombres ni niños, muchas veces lo sumamos en las convocatorias para algún evento puntual. Esos son los requisitos para estar en el grupo. Aquí en España existe en Madrid, en Barcelona y en dentro de la Comunidad Valenciana, esta Valencia y Alicante.
R.P.- ¿Cómo ha evolucionado el grupo desde su creación?
L.H.- Justamente en octubre cumplimos un año desde el primer encuentro que hicimos. La realidad es que el grupo, desde su nacimiento hasta ahora, fue creciendo en número y también en cantidad de eventos. Para mí la incorporación de Yanina como embajadora fue súper importante porque estando sola y manejar todo el grupo era complejo por cuestiones laborales. Esto es una actividad que uno hace ad honorem, que no tiene ningún tipo de intercambio monetario. Las que estamos organizando y haciendo cosas lo hacemos de corazón. A veces hay compromisos laborales y demás cuestiones que cuesta sostener en el tiempo. Entonces con Yanina nos apoyamos mutuamente para poder organizar. Y hace un tiempo lo que hicimos fue incorporar la figura de las co-embajadoras o embajadoras interinas, por decirlo de alguna manera, son embajadoras mensuales que son chicas del grupo que en diferentes momentos del año nos ayudan a organizar eventos para poder tener programas en diferentes días y horarios. Cuestión de que todas puedan participar, porque hay algunas que por la mañana trabajan y no pueden, entonces nos esforzamos de organizar algún fin de semana o por la tarde, cubrir todos esos espacios. El hecho de tener embajadoras mensuales nos ayuda a poder ofrecer más espacios de reunión.
Y.L.- Por ejemplo, al desayuno que has podido asistir tú, fue organizado por Vanesa, que es una de las embajadoras mensuales de este mes.
R.P.- Yanina, tú que has migrado en otra oportunidad. ¿Qué desafíos personales y culturales encontraste al mudarte a Valencia?
Y.L.- Ya venía un poco acostumbrada a la diferencia cultural viviendo en México, aquí fue el idioma, pese a que todos hablamos el mismo dialecto. Volver a utilizar algunos términos que habíamos dejado de usar, llevaba 13 años viviendo en México, pero mi marido 24 años residiendo allí. Mi hija nació en México, los pequeños son los que más rápido se acostumbran. Estando en España fue volver a utilizar términos que uno usaba hace tiempo. Primero fue llegar y acomodar a mi familia, lograr de que la niña se acomode bien. El hecho de pertenecer al grupo también fue crear lazos sociales, crear red. A Luz la había conocido antes de llegar a España por una videollamada. Me invitó a ser parte del grupo en Valencia. Y hoy a nivel laboral estoy en proyectos más cercano relacionado con lo mío. En México tenía una consultora de búsqueda y selección de personal y estoy viendo si es viable traer ese proyecto aquí o ver qué parte del área de recursos humanos seguir desarrollando por estos lados. Ver ¿Cómo se maneja el mercado aquí?, ¿Cómo son las búsquedas? A su vez, siendo participantes como candidato en algunos empleos, observo en cómo se maneja todo eso, ¿Qué respuesta hay?, ¿Que siento que hace falta? En ese proceso estoy.

R.P.- Para las dos ¿Qué aspectos de la cultura valenciana han sido más difíciles de asimilar y cuáles han disfrutado más?
Y.L.- La comida es muy diversa y rica. Yo creo que la red social que nosotros como familia hemos creado, la mayoría son argentinas, gente que también migró de otras nacionalidades. Tenemos el hecho de tener un hijo y eso ayuda a socializar, mi niña tiene algunos amigos españoles, pero el vínculo no es tan cercano como los tenemos con los amigos latinos. Pero nos ayudó, ya que esta gente fue bastante permeable en dejarnos entrar a su vida. Pero sí siento que cuesta entrar. El tema de los fuegos artificiales me cuesta asimilar, hay bomba por todo, me gustan los fuegos artificiales, pero no el uso excesivo que tienen, es contradictorio el discurso que dan. Son muy arraigados a tradiciones. En México pasa igual, pero en ese arraigo a las tradiciones valencianas descuidan muchas cosas y sobre todo con el tema de la pirotecnia, creo que es donde más se nota que no se piense en el prójimo. Más allá de eso, por ahora no he tenido ninguna experiencia negativa.
«Tener embajadoras mensuales nos ayudan a poder ofrecer más espacios de reunión»
L.H.- Yo tampoco no he tenido experiencias negativas. Por ejemplo, en el caso nuestro que trabajamos por nuestra cuenta, un español podría decidir: “prefiero contratar a otro español y no un argentino o un latinoamericano o un migrante”. Y sin embargo, en ese sentido, creo que ellos valoran el trabajo profesional y bien hecho por sobre la nacionalidad de la persona que lo lleva adelante. Y lo que he encontrado para mi grata sorpresa, es que muchos de nuestros clientes son españoles y que nos eligen por sobre gente local. Ahí te das cuenta que priorizan el profesionalismo y el buen trabajo por sobre la nacionalidad que uno pueda tener. Y también hay una realidad, y es que los argentinos en España tenemos un poco un lugar privilegiado dentro de lo que es la migración latinoamericana. Nos sienten mucho más cercanos que quizás gente de otros países que lo tienen un poquito más complicado. Tenemos costumbres muy similares a las españolas. Comemos cosas muy parecidas. culturalmente Argentina y España están muy hermanados. Entonces eso hace que también la relación sea quizás más fluida y que me consta que a gente de otras nacionalidades no le pasa lo mismo, incluso de países latinoamericanos que también hablan en español. Hay otras barreras culturales que vencer.
Cuando uno llega ve todo bonito, todo te parece espectacular. Y la realidad es que cuando empiezas a pagar impuestos comienzas a darte cuenta que todo eso tiene un costo y que lo estás asumiendo. Llega el momento en que pides más. Si hay algo que no comparto es la fiscalidad española. Te das cuenta sobre el funcionamiento de los servicios públicos, pues en España la salud pública es muy buena para un momento, teniendo en cuenta que además me tengo que pagar un seguro privado porque hay demoras en la sanidad, a este tipo de cuestiones me refiero. Uno entiende que todo eso se paga con sus impuestos y exige más también. Entonces, todo eso no lo ves en los primeros tiempos porque quizás todavía no tributas, son cosas que uno empieza a ver cuándo se involucra en la vida social y económica de un país.
Y.L.- Depende mucho del país del que emigres y cómo funcionan. Contrariamente a lo que dice Luz, en mi familia con el tema de la salud pública, si bien es dilatado el tema de la asignación de turnos, en la actualidad no me puedo quejar porque a como veníamos en México de tener que pagar absolutamente todo privado a tener aquí una cobertura, que si tarda en el tiempo no es una queja mayor. Los procesos son otros, la salud está vista desde otro punto.
Sobre el transporte, la verdad hasta el día de hoy, es espectacular. En cuanto a tiempo no hemos sufrido ningún atraso grave. Yo creo que también es un poco de suerte donde uno aterriza, porque también hay experiencias que no son tan positivas. Y si tienes un seguro privado, como dice mi compañera Luz, al fin de cuentas si precisas de una urgencia terminas en la misma sanidad pública. Puede estar mal organizado si estamos de acuerdo. Pero, en función del país que venimos con mi familia, no tengo mucho que quejarme.
«Los argentinos en España tenemos un lugar privilegiado dentro de lo que es la migración latinoamericana»
R.P.- ¿A cambiado sus percepciones de lo que significa hogar después de estar primeros tiempos en Valencia?
Y.L.- En mi caso particular yo me sentí en mi casa desde el día que llegué. Haber venido a la Comunidad Valenciana sentí que pertenecía a este lugar, fue difícil socialmente, pero al venir con familia y haberlo tenido decidido ya que era la segunda migración, para mi hija era la primera vez. El hogar lo conforma uno. Fue difícil el tema social, Expat Ladies a mí particularmente me ayudó exponencialmente, por el hecho de encontrar pares, en el sentido de que el sentimiento de volver a encontrarse, de reinventarse y ver que una no está sola y que hay un montón de gente que te rodea. También ser un punto de ayuda para otras chicas, como decía Luz, que no pueden venir a los encuentros, pero se les ayuda a través de los mensajes que reciben. Fue una diferencia enorme que en México no logré tener, hasta que fui mamá. Por eso hago hincapié en que el tema de los peques también es muy importante, porque en México cuando fui mamá pude consolidar un grupo de amigas.
L.H.- Sí, totalmente. El hecho de tener redes hace que el lugar donde estés se sienta tu hogar, donde están tus afectos y donde te sentís contenido en algún punto y Expat Ladies viene un poco a generar un espacio donde la persona quien llega o que están hace mucho tiempo en España puedan acoplarse socialmente. Las barreras culturales que menciona Yanina, que a veces hay con los locales, no han llegado al nivel de profundidad en el vínculo, por decirlo de alguna manera. Que en Expat Ladies se encuentre el lugar donde vincularse con pares que están buscando lo mismo. Dentro del grupo de Expat Ladies, hay un montón de subgrupos que se formaron en torno a las reuniones. Por ejemplo, las chicas que viven en una determinada zona o que tienen chicos de una determinada edad, han creado sus propios grupos y se siguen viendo independientemente de las reuniones que nosotras hacemos.
Y a mí me parece fantástico, Expat Ladies es red, que la que se sienta contenida y a gusto de venir y de estar, bienvenida. Que todo el mundo sienta que puede ser parte. Porque al final este grupo, hoy nosotras somos embajadoras, mañana pueden ser otras personas. El grupo se pertenece a sí mismo, digamos. No somos las dueñas del grupo, sino que, Expat Ladies tiene entidad por sí mismo y es de todas las chicas que lo conforman. Si tomamos como concepto de hogar un lugar en el que te sentís acogido y protegido, a gusto, creo que ser parte de Expat Ladies se lo siente.

R.P.- ¿Han establecido relaciones con grupos o instituciones valencianas? Si es afirmativo. ¿Cómo ha sido esa interacción?
Y.L.- No más que ir de visita a algún lado.
R.P.- ¿Les gustaría establecer alguno?
L.H.- Sí, nos gustaría. Más que nada para temas organizativos. En la actualidad, el mayor problema que tenemos con el grupo es que muchas veces no encontramos lugares físicos donde hacer las reuniones porque somos muchas. Estaría bueno contar con el apoyo de alguna organización o que nos permitiera tener el espacio para poder hacer otras cosas. Con Yanina tenemos un plan de poder tener espacios donde poder dar exposiciones, donde las chicas se puedan capacitar a sí mismas, cada una en la disciplina que conoce y entonces poder tener jornadas estilo de capacitación, de inserción laboral, que es un tema que preocupa a la mayoría de los migrantes. Y como solamente somos un grupo de personas que se reúnen al no tener personería jurídica, la realidad se hace complicada al momento de tener que relacionarnos con otras organizaciones.
«No somos las dueñas del grupo, sino que, Expat Ladies tiene entidad por sí mismo y es de todas las chicas que lo conforman»
R.P.- ¿Hay algún lugar o actividad en Valencia que consideren imprescindible para alguien que acaba de mudarse a Valencia?
Y.L.- Si, conocernos a nosotras. (risas…). La persona que llega a nuestras reuniones puede recibir información de todo tipo, para eso también sirve la red para tener una referencia. Si bien cada experiencia es personal y diferente, el apoyo para que el recién llega es fundamental.
L.H.- Aportar referentes es de utilidad, cuando uno migra lo que pierde son los referentes. En tu país de origen tienes todo resuelto. Sabes si te duele la muela a qué dentista ir, si tienes un problema fiscal a quién consultar. Entonces, tener esta red te permite manejarte con una base de reseñas.
R.P.- ¿Cómo ha cambiado su concepto de amistad o comunidad a raíz de sus experiencias como expatriadas?
L.H.- Lo que siempre resalto es que uno, si bien puede manejar el término empatía, teniendo en consideración que varias de las chicas no es la primera migración que tienen, creo que aprendes aún más a ponerte en el lugar del otro. A no opinar livianamente, en el sentido de que “si no vas a ayudar mejor no opines”. Uno aprende a callarse un poco más en ese sentido, porque no se conoce la realidad de la que uno viene.
Y.L.- Sí, también lo que hablamos con Luz, el hecho de pertenecer a una comunidad de expatriadas también hay que poner de uno, de generar, de tratar de ser abierto. Hay personas que les cuesta más, otras menos, pero que sea abierto en participar y que esa cooperación te va a ayudar a ti mismo y a otros. Somos nuevos y hay que entender esta nueva etapa. Yo creo que lo fundamental es la empatía bien manejada, de ser compañero y acompañar justamente sin prejuzgar.
L.H.- Se resignifica el concepto de amistad cuando emigras, porque pasan diferentes situaciones. Primero porque uno ya es adulto y como mayor ya se vincula desde otro lugar. No es lo mismo los amigos de la escuela o de la adolescencia que los amigos que puedes tener ahora. Conectas con las personas desde otro lugar y tienes que poner mucho de ti. No hay otra manera de establecer vínculos si no es abriéndote. Nadie te va a venir a buscar, a tocarte el timbre y decirte “hola, quiero ser tu amigo”. Tienes que poner el cuerpo, tienes que participar y ser proactivo respecto de esa relación.
Uno después irá eligiendo con quién quiere tener un vínculo más cercano. Porque la amistad también tiene un poco de magia. Hay veces que se da la química con alguien y hay otras que no, por más que seamos las dos argentinas y nos encontremos en el mismo espacio y tiempo. En esa relación no se genera el espacio para que la magia suceda. Y a la magia hay que darle lugar, porque si no, no va a pasar.

R.P.- Ahora que celebran el primer aniversario de grupo, ¿Cuáles son sus planes para el futuro? ¿Tienen nuevas Iniciativas?
Y.L.- Nos queda pendiente esta parte que te comentaba Luz, de empezar a tener formaciones y charlas concretas para ayudar a las chicas. Es un objetivo marcado para desarrollar.
L.H.- Sí, sobre todo creciendo más allá del número. Nos gustaría que cada vez más las chicas se involucren y se sientan parte y que puedan acoger a las chicas nuevas. En Washington tienen un programa de hadas madrinas que son Expat Ladies que de alguna manera son como tutoras. La figura del hada madrina son protectoras de estas chicas nuevas que se suman al grupo, pero implica que el grupo ya se consolidó en el tiempo. No nos interesa que una persona solamente esté en el grupo para promocionar sus productos o sus servicios y que no participe de ninguna reunión, no viene a ningún encuentro y no participa en el grupo cuando se piden consejos, por ejemplo. Durante este primer año fue como de establecimiento y ahora este segundo año va a ser un poco de consolidación.
R.P.- Un mensaje
Y.L.- Todas las mujeres que son expatriadas no necesariamente tienen que estar en Ciudad de Valencia, pueden venir de toda la provincia, algunas han hecho muchos kilómetros para compartir con nosotras. Es muy enriquecedor que haya chicas de todos los países. Tenemos venezolanas, colombianas, peruanas, chilenas. Hasta tenemos una francesa reconvertida en argentina (risas…).
L.H.- También una rusa llamada Julia que ahora está en el grupo de Madrid. Ella como vivió muchos años en El Salvador, hablaba perfecto español y sumada al grupo como una latina más. Ánimo a todas.